Nos gustaría al respecto abrir un diálogo con intelectuales, con quienes estén convencidos, como nosotros, de este “cambio de época” que vivimos y el consecuente requerimiento de un nuevo modelo o paradigma para el mismo.
Muchas de las enseñanzas de Jesucristo han sido recortadas en el desarrollo del pensamiento filosófico de estos últimos XX siglos de historia por la llamada cristiandad religiosa grecolatina-judeocristiana, que ha ocasionado que se pueda llegar a afirmar que “hablar de filosofía cristiana” es lo mismo que validar “la cuadratura del círculo”. Por otra parte, nos vienen recordando varios pensadores que el siglo XXI o es místico-teantrópico o no será; lo cual viene siendo evidenciado por la ruptura de la unidad en las diferentes culturas y confesiones religiosas o en la desvinculación de multitudes al seguimiento y a las prácticas en las mismas.
Fernando Rielo, con la Escuela Idente por él fundada, nos conduce en sus investigaciones durante más de cincuenta años a redescubrir la auténtica propuesta metafísica, antropológica y epistemológica del Maestro.
Jesucristo es considerado por Rielo el gran metafísico, filósofo, pedagogo y educador de su tiempo, acudiendo fundamentalmente a la fuente primera, como es el Nuevo Testamento, del que proponemos el análisis de estas referencias:
· “… a pesar de su condición divina, no hizo alarde de su categoría de Dios (Jn 10,34-38; Heb 5,5ss; Sal 82:6), actuando como un ser humano cualquiera” (Fl 2, 6-7).
· Sobresalía desde muy tierna edad (Lc 2,47) por su inteligencia y por su capacidad interlocutora.
· La admiración que a su pensamiento se tenía por la originalidad que ofrecía frente a las doctrinas tradicionales y contemporáneas (judaísmo, pensamiento grecorromano), se puede analizar en Mc 1,21; 6,2; 11,18. Recordemos que la “sinagoga” era el lugar donde se reunían los sabios judíos, una especie de universidad de nuestro tiempo. Allí enseñaba Jesucristo y “se maravillaban de su doctrina”. Su autoridad moral, intelectual, académica, superaba a la de los doctores judíos (escribas), “titulares de la cátedra”, dedicados profesionalmente a los más altos estudios de la ley, recogidos principalmente de la Torá escrita o biblia hebrea; pero también en la tradición o torá oral.
Todo ello -como es común en estos casos- le hace sufrir a Cristo persecuciones por parte de los “sabios” de su tiempo, pues la novedad de su enseñanza y de su bien formada doctrina, incomodaba a las ideológicas convicciones de escribas, fariseos y saduceos; quienes por sus creencias, tradiciones y perspectivas socio-políticas, a todos ellos la Escritura les considera “enemigos de Jesús”, convirtiéndolo en la causa histórica de su muerte. Esta -su muerte- y su resurrección se constituyen en fuentes de potenciación inspirativa de la trascendencia del “pensamiento de Cristo”, de notable diferencia al que hoy conocemos como “pensamiento cristiano”.
Veamos por qué y cómo se puede recuperar el auténtico pensamiento de Jesucristo, o al menos acercarnos al mismo con el testimonio de estos autores actuales y el ensayo de respuesta a las preguntas que nos planteamos después:
Þ “… Se oyen voces que no las tienen todas consigo sobre si pervivirá una idea ligada al cristianismo, pero diferente a él: la Cristiandad." Así, la filósofa francesa Chantal Delsol publicó el año pasado El final de la Cristiandad, obra que está copando buena parte del debate religioso en su país. Algo similar ocurre desde hace un lustro en EEUU con el libro de Rod Dreher La opción benedictina, cuyo subtítulo es bien explícito: “Una estrategia para los cristianos en una nación poscristiana”. El mismo papa Francisco, ya en 2014, hizo declaraciones no menos contundentes: “No estamos en la Cristiandad, ya no”, que luego ha repetido. ¿Qué es, pues, esa “Cristiandad” de la que anuncian su final tan diversos autores?”… Ratzinger ha sido y es un firme defensor de la lucha por la civilización cristiana, no solo del cristianismo como religión. De hecho, quizá estemos ante el intelectual vivo que con mayor firmeza ha batallado por la triple raíz de la Cristiandad, esto es, por Atenas, Roma y Jerusalén: por el pensamiento griego, por la juridicidad latina y por la espiritualidad judeocristiana”…contundentes palabras de Søren Kierkegaard, “el cristianismo aún no existe”…La Cristiandad continúa con nosotros, aunque maltrecha, porque aún no hay un pensamiento que haya desplazado por completo la tradición filosófica que le proporcionó su médula [la negrita es nuestra]…la Cristiandad continúa con nosotros, aunque maltrecha, porque aún son muchos los cristianos que no se han quedado ni con el palo ni con el travesaño solos de la cruz:…Estos cristianos aceptan la cruz completa… Quieren que su cristianismo llegue hasta la médula de una Civilización”. (IDEAS, “¿Se ha acabado la cristiandad?”. Miguel Ángel Quintana Paz, DISENSO Fundación).
Þ «Para esto hemos venido, para decir a la Iglesia, esto es, al cuerpo jerárquico de la Iglesia, que la Iglesia es, sobre todo, una escuela o universidad para la formación de santos; no para encontrar ciertos consuelos morales o espirituales, para calmar nuestras conciencias de nuestros delitos, o para alcanzar prebendas, beneficios, o para movernos por otra suerte de intereses. La Iglesia ha nacido para la santidad» (Fernando Rielo, Valladolid, 5 de diciembre de 1971; CI p 7).
Þ “Aspiren a cosas grandes, a la santidad, allí donde estén. No se conformen con menos. Entonces verán crecer cada día la luz del Evangelio, en ustedes mismos y a su alrededor” (papa León XIV, 3 agosto 2025).
Þ «Tenemos que sentar a Cristo, ciertamente, en las cátedras de este mundo, e incluso lo tenemos que sentar en la misma suprema cátedra que Él estableciera. San Pablo se lo propuso recibiendo de Roma la amenaza, el propósito de ejecutarlo por su excesiva influencia, como si fuese una especie de rival”. (F. Rielo, En el Corazón del Padre (BAC, Madrid 2014) 149s).
¿Qué comparaciones, similitudes y diferencias se pueden establecer entre la metafísica parmenídea, platónica, aristotélica (y la de sus seguidores en la Hª de la Filosofía) con la metafísica de Jesucristo, refrendada por Fernando Rielo en este último siglo?
¿Cuál es la mayor novedad de la propuesta epistemológica de Jesucristo, recogida metodológicamente en el pensamiento de Fernando Rielo?
¿Es posible la comprensión y el desarrollo de las ciencias habidas y por haber sin la condición de complementariedad/relación de unas con otras, tal y como se deduce de las propuestas de nuestros autores?
¿Podríamos ejemplificar en el pensamiento y actuar humanos cómo se identifican las leyes ontológicas de la perfectibilidad, inmanencia y trascendencia?
¿Qué debemos tener en cuenta/acometer para este cambio de modelo en la educación, en la investigación, en el aprendizaje humano, en la enseñanza, para aprehender +?
¿De qué depende la necesaria complementariedad y las buenas relaciones que los seres humanos establecemos en nuestra vida con sus diferentes dimensiones? ¿Cuándo nos realizamos y cómo podemos degradarnos?
¿Cuáles serán los argumentos fundamentales para que podamos visualizar o saber que, tanto la teantropía de Jesucristo como la concepción genética del principio de relación, ser + o metafísica genética de Fernando Rielo son los principios metafísicos que pueden tutelar este modelo teantrópico de pensamiento y de acción?
¿Seríamos capaces por un momento de desprendernos de nuestros modos de entender el mundo y pensar, expresar cómo se entiende nuestra vida con los testimonios teantrópicos de Cristo y de sus discípulos más cercanos?
¿Una antropología que ha renunciado a la metafísica desconoce a la persona humana? ¿Por qué se puede negar o afirmar esto?
¿Qué es la persona humana en el pensamiento de nuestros autores, cuáles son sus componentes estructurales y funcionales a visualizar? ¿Por qué están ocultos a la actual antropología?